Post by dorga on Jul 31, 2005 16:54:05 GMT -5
Termina julio y hace días que terminé la lectura de este mes, he estado entre vaga para comentarlo y con poco tiempo de interner :
No comentaré el argumento, ya que creo que todo el mundo sabe de que va, aparte la quema por ley de cualquier libro resume toda la intención y trama de la novela.
Lo primero que me sorprendió es la facilidad con la que se leía, es una novela en tres capítulos bastante amena pero no ligera. Leí cada capítulo de una sentada, el primero es el más largo, donde te introducen la historia y la aparentemente alienada personalidad de los protagonistas. Aquí es donde más difusa aparece la historia, hasta que al final se encauza y te engancha para el siguiente capítulo.
En el segundo vemos el meollo del argumento y como la ley antilibros y la organización de la sociedad influye en el "héroe" de esta historia. Aquí Bradbury va mucho más al grano, los personajes disertan sobre como su sociedad ha llegado a este punto, y se hace casi toda la crítica que pretendía el autor.
En el tercero concluye la historia con más crítica a la sociedad, el final me gustó bastante y me sorprendió un tanto, ya que deja una sorpresita final deja un poco de esperanza, lo que no me esperaba por como se desarrollaba todo.
En mi edición, hay un epílogo de Bradbury muy interesante, donde explica con pelos y señales las ideas que le llevaron a la novela, a través de los cinco relatos cortos que le sirvieron de base. Aparte las anécdotas de las penurias que pasó al escribirla y como salió triunfante por la publicación en el primer número de Playboy sorprenden mucho.
En resumen, es un buen libro que entretriene durante dos horas, aunque lo más importante no sea la obra en si, sino todo lo que tiene alrededor. Todos los editores la rechazaron, por el miedo que suponía entonces ser crítico con la censura, y terminó publicándola el editor más polémico de aquel año, que con el reclamo del sexo también ganó lectores para Fahrenheit 451. Entonces el libro parecía una amenaza bastante real, y hoy en día sigue vigente, no tanto por prohibiciones, sino, como el mismo editor dice, por como la gente se aleja de los libros por propia decisión, de hecho, muchas de las frases con las que los personajes convencidos de la prohibición rechazan la lectura se pueden oir en muchas bocas actuales, dicho en plata: ¿a qué acojona?